Magnitudes eléctricas
En electrotecnia se
precisan varias magnitudes fundamentales para caracterizar correctamente un
circuito eléctrico y sus propiedades. Sin entrar a profundizar en todas ellas,
expondremos los aspectos principales del tema que nos ocupa en base a las tres
más conocidas por el público en general: la tensión, la intensidad y la resistencia.
La tensión,
también llamada “diferencia de potencial” y más familiarmente “voltaje” está
relacionada con la capacidad de trabajo que puede realizar una carga eléctrica.
Usando un símil hidráulico, sería la presión del agua, debida a una bomba o a
una diferencia de nivel. La unidad se denomina Voltio (V) y, para tener unas referencias, cabe decir que
una pila o batería tiene una tensión entre 1 voltio y unas decenas de voltios,
la red de alimentación doméstica opera a 230/400 V y una línea aérea de
transmisión funciona entre 11.000 y 400.000 voltios.
La intensidad es la cantidad de
electricidad “carga eléctrica” que circula
a través de un conductor por unidad de tiempo. En hidráulica sería el caudal,
los m3 por segundo que pasan
por una tubería. La unidad se llama Amperio (A)
y, a título de ejemplo, podemos decir que una estufa eléctrica doméstica
consume unos 4 a 8 amperios. Hay que destacar la expresión que circula
porque respecto a la intensidad es frecuente cometer el error de hablar de “un
enchufe, un interruptor, etc. De 10 A”. Pues bien, la intensidad real en
aplicaciones domésticas puede estar entre 0 A -si no hay nada conectado- hasta
millares de amperios si el aparato conectado es defectuoso o presenta un
cortocircuito. La cifra que se indica en el propio dispositivo es la máxima intensidad aplicable, de modo permanente, a
efectos de calentamiento del mismo, no la
intensidad real en cualquier momento.
La resistencia es la medida del
grado de dificultad que ofrece un cuerpo para que la corriente eléctrica
circule por él. En hidráulica sería equivalente a la dificultad de paso del
agua por una tubería según su diámetro y su longitud. La unidad es el Ohmio (Ω)
que se define como la resistencia que permite el paso de 1 A bajo una
diferencia de potencial de 1 V. Para hablar con propiedad, deberíamos referirnos al concepto más
general de impedancia (especialmente en corriente alterna) pero la naturaleza
esencialmente resistiva del cuerpo humano permite la simplificación realizada.
Las tres magnitudes no son
independientes entre sí. Se considera que la resistencia no es una magnitud
fundamental, sino que se calcula a partir de la tensión e intensidad mediante
la conocida Ley de Ohm:
R (Ω )= E(volt)/I(A)
Al igual que un grifo permite variar el
caudal de agua que pasa por una tubería, también es posible que la resistencia
eléctrica varíe de un cuerpo humano a otro, y dependa de las superficies de
contacto, del estado de humedad de la piel y de otras circunstancias. Esto debe
tenerse muy en cuenta al considerar las posibles consecuencias de una descarga
eléctrica.
Efectos de
la electricidad sobre el cuerpo humano
Cuando alguna parte o partes del cuerpo
humano entran en contacto con dos puntos u objetos entre los que existe una
diferencia de potencial (voltaje), se establece el paso de una corriente
eléctrica a través del cuerpo que puede producir efectos muy diversos, desde un
leve cosquilleo hasta la muerte, pasando por contracciones musculares,
dificultades o paro respiratorio, caídas, quemaduras, fibrilación ventricular y
paro cardíaco. Esto se conoce como choque eléctrico.
El choque eléctrico puede producirse al
tocar elementos sometidos a tensión, como cables o barras metálicas desnudas (contacto
directo), u objetos, normalmente inofensivos, cuya tensión se debe a fallos y
defectos de aislamiento (contacto indirecto).
Esquema de red trifásica
A partir del esquema anterior puede
inferirse que si una persona entra en contacto con una de las fases L1, L2, L3
y tiene los pies apoyados en el suelo (o toca alguna masa metálica, tubería,
etc. que haga buen contacto con tierra) se cerrará el circuito estableciéndose
una corriente que atravesará su cuerpo, produciéndole el choque. Lo mismo
ocurrirá si toca la carcasa metálica de algún aparato que presente defectos de
aislamiento.
Los factores que determinan la
severidad de las lesiones son:
El tipo de corriente, continua (pilas y baterías)
o alterna (red eléctrica).
En general, la corriente alterna de
baja frecuencia (50 – 60 Hz) que se distribuye a través de la red puede llegar
a ser hasta 3 o 5 veces más peligrosa que la continua. Puesto que se trata del
tipo de corriente al que habitualmente estamos expuestos en viviendas, locales,
comercios, oficinas, etc., nos centraremos en los riesgos que lleva asociados
la alterna.
https://losmundosdebrana.com/2014/11/25/efectos-de-la-corriente-electrica-en-el-cuerpo-humano-ii-la-edad-de-la-gran-potencia/
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