La materia puede
someterse a dos tipos de procesos o fenómenos, los físicos y los químicos.
Cuando
ocurre un fenómeno físico las sustancias realizan un
proceso o cambio sin perder sus propiedades características, es decir, sin
modificar su naturaleza. Por ejemplo, si disolvemos sal común en agua, tiene
lugar un proceso físico, tras el cual la sal y el agua siguen teniendo las mismas
propiedades características, como se puede comprobar recuperando la sal por
calentamiento de la disolución. Es decir, en el proceso de disolución no se
altera la naturaleza de las sustancias que se disuelven. Lo mismo ocurre al
disolver azúcar en leche, alcohol en agua, al mezclar arena y
serrín... También es un proceso físico la fusión del hielo, pues el
líquido que se obtiene sigue siendo agua, e incluso el paso de ésta a vapor.
Otros fenómenos físicos son el desplazamiento de un vehículo, el paso de la
electricidad por los cables, la dilatación de un cuerpo al ser calentado, el
paso de la luz a través de los cristales de una ventana o de una lente,
etcétera.
Por
el contrario, si unas sustancias se transforman en otras nuevas, de distinta
naturaleza, se dice que ha tenido lugar un fenómeno químico. Por
ejemplo, el hierro de algunos objetos se combina con el oxígeno, en presencia
de la humedad del aire, transformándose en una sustancia diferente, la
herrumbre, que no tiene las propiedades características del metal, es decir no
es tan dura, ni tiene su brillo y su color, ni funde a la misma temperatura,
etc. Es un fenómeno químico lo que ocurre al calentar un hilo de cobre, pues se
transforma en otra sustancia diferente de color negro; también la combustión de
un papel y la descomposición del agua por la electricidad.
http://medicinaug3.blogspot.com/2015/08/fenomenos-fisicos-y-quimicos-en-los.html
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