El fluido
La sangre es el fluido fundamental del aparato
circulatorio. Circula por las venas y las arterias del cuerpo humano y ese movimiento
de circulación se debe a la actividad coordinada del corazón, los pulmones y
las paredes de los vasos sanguíneos.
Tiene un olor característico y una densidad
relativa que oscila entre 1,056 y 1,066. En un adulto sano la cantidad de
sangre en el cuerpo es una onceava parte del peso corporal, de 4,5 a 6 litros.
Es un líquido viscoso que se compone de células (glóbulos) y plasma. Más del
99% de las células son glóbulos rojos lo que significa que los glóbulos blancos
casi no tienen ningún papel en las características físicas de la sangre.
Hematocrito:
Es el porcentaje de la sangre constituido por
células y en un hombre normal en promedio es de 42, en tanto que en una mujer
tiene un valor promedio de 38. El valor del hematocrito en la sangre se
determina centrifugándola en un tubo calibrado que permite la lectura directa
del porcentaje de células. El hematocrito tiene un efecto directo sobre la
viscosidad de la sangre el que se explica a continuación.
La sangre es varias veces más viscosa que el
agua y eso dificulta más su paso por los vasos pequeños; a mayor proporción de
células en la sangre (hematocrito), mayor la fricción entre capas sucesivas de
sangre y es esta fricción la que rige la viscosidad. Por lo tanto, cuando
aumenta el hematocrito, aumenta la viscosidad de la sangre. La viscosidad de la
sangre completa para un hematocrito normal es aproximadamente 3 veces la
viscosidad del agua, pero cuando el hematocrito aumenta hasta 60 ó 70, la
viscosidad de la sangre puede llegar a ser 10 veces la del agua y su
circulación por los vasos se podrá retrasar considerablemente.
Otro factor que afecta la viscosidad de la
sangre es la concentración y los tipos de proteína que hay en el plasma, pero
estos efectos tienen mucha menor importancia que la que tiene el hematocrito.
La viscosidad del plasma sanguíneo es 1,5 veces la del agua.
La presión
La presión sanguínea representa la fuerza
ejercida por la sangre contra cualquier área de la pared vascular, se mide
generalmente en torr (milímetros de mercurio) porque se ha utilizado el
manómetro diferencial. Sin embargo, el mercurio tiene tanta inercia que no
puede elevarse y bajar rápidamente. Por este motivo, el manómetro de mercurio,
aunque excelente para registrar presiones constantes, no puede responder a
cambios de presión que ocurran con rapidez mayor de aproximadamente un ciclo
cada dos o tres segundos. Se utilizan entonces artefactos más especializados
cuando se va a medir la presión sanguínea, como son los transductores
electrónicos de presión utilizados generalmente para convertir la presión en
signos electrónicos y registrarla con un dispositivo de alta velocidad.
Uniones entre tuberías
La aorta al salir del corazón se empieza a
dividir en una serie de ramas principales que a su vez se ramifican en otras
más pequeñas para lograr llegar a todas las partes del organismo mediante una
complicada red de múltiples derivaciones. Las arterias menores se dividen en
una fina red de capilares que son vasos aún más pequeños y tienen paredes muy
delgadas. Así la sangre entra en contacto con con los líquidos y tejidos del
organismo. Después de permitir a la sangre interactuar con las diversas
células, los capilares se empiezan a unir para formar venas pequeñas que a su
vez se unen para formar venas mayores cada vez, hasta que finalmente se reúnen
en la vena cava superior e inferior que llega al corazón.
Este sistema de ramificaciones y uniones se
puede interpretar como un sistema de tubos en paralelo que es uno de los
objetos de estudio de la hidráulica.
Diámetros variables
El diámetro de los vasos sanguíneos, a
diferencia de lo que ocurre en tubos metálicos o de vidrio, aumenta al elevarse
la presión interna porque tales vasos son distensibles.
La distensiblidad vascular se expresa
normalmente como el aumento fraccionario de volumen por cada torr que se eleva
la presión. Anatómicamente, las paredes de las arterias son mucho más
resistentes que las de las venas, por lo tanto, las venas son en promedio unas
seis a diez veces más distensibles que las arterias.
Tal vez las únicas tuberías capaces de modificar
su diámetro de acuerdo a la presión, son las que conforman el aparato
circulatorio y son tal vez el único elemento de dicho sistema que el hombre no
ha implementado en los sistemas que construye.
La mecánica de fluidos y la hidráulica son
ciencias indispensables para el hombre que aplican en la mayoría de los campos,
incluso en la medicina como se mostró anteriormente, permitiendo al hombre
comprender, analizar y en ciertos casos predecir el comportamiento de ciertos
sistemas como es en este caso el aparato circulatorio.
Ley de la presión de los líquidos: se define a la presión como una
magnitud que se mide por la relación entre la fuerza que actúa en
la superficie y en el área de la superficie. Ahora, como toda magnitud física
debes conocer que la presión mantiene una línea de vector de fuerza que la
caracteriza por ser el resultado de la interacción entre los cuerpos
permitiéndole distribuirse tanto uniformemente como no uniforme en toda la
superficie. A través de la formula se pone de manifiesto la distribución de las
presiones en el grosor de diferentes arterias o en las bifurcaciones de la
mismas.
Al interpretarla podemos deducir que la presión
en el interior de un vaso sanguíneo es directamente proporcional a la fuerza
que se produce en el líquido e inversamente proporcional al área de superficie.
En la mediad que aumentes con alguna técnica fisioterapéutica la luz arterial
se producirá una caída de la presión, en cambio en la medida que aumente
la fuerza vectorial de la sangre aumentara la presión.
Ley de las presiones
Presión media arterial es la presión por la cual
el corazón la sangre si aumenta (presión) se mantuviese siempre constante
en la práctica se sabe que cada ciclo cardiaco la presión que ejerce el corazón
para expulsar la sangre varía desde una mínima llamada presión diastólica,
hasta la máxima presión sistólica.
La sangre liquida es un líquido lo cual necesita
una diferencia de presión para poder circular la presión sanguínea varia
disminuyendo desde el valor máximo en su orden del lecho venoso, es decir la
entrada a la aurícula derecha la presión es mínima.
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